Hijos del Divorcio - Fuera del Paraguas
Cuando yo tenía 15 años, mis padres se divorciaron después de 20 años de matrimonio. Estaba muy enojada con mi mamá y la culpaba. Por supuesto, yo siempre fui algo así como la niña de papá. Eramos cuatro hermanos y yo era la mayor. Muchas responsabilidades recayeron sobre mí cuando ellos empezaron a tener problemas. Mi mamá prácticamente abandonó todas sus obligaciones, así que sus responsabilidades recayeron sobre mí.
Tenía que cuidar de mis hermanos más jóvenes, lavar la ropa, y preparar la cena cuando llegaba de la escuela. Como resultado, mis notas se vieron afectadas y yo "tuve que crecer demasiado rápido," como a menudo me decían cuando fui un poco mayor. Esto aumentó el resentimiento que sentía hacia mi madre. No pude disfrutar mis años de secundaria y ser una adolescente normal como mis amigas.
Hijos del Divorcio - Mojarse Bajo la Lluvia
Cuando llegó el momento de "la separación", mi madre tomó a mis dos hermanos más pequeños y se mudó al otro lado del país. Dos de nosotros permanecimos con mi padre. Yo pensaba: "Está bien, de todos modos esto es lo que he estado haciendo. Podemos sobrevivir sin ella."
Pero eso era sólo la superficie del problema. Sentimientos de rechazo y de amargura comenzaron a surgir. Con la madurez y con una creciente relación espiritual con Dios, ahora veo que muchos de los errores que cometí de adolescente y de joven fueron, en cierto modo, resultado del divorcio de ellos. Sí, por supuesto que tomé mis decisiones inmaduramente por mí misma, pero a medida que se desintegraba mi familia, así también se desintegraba mi protección, mi guía, y mi resguardo de las tentaciones.
Ahora veo la entidad de la "familia" como dos padres e hijos bajo una especie de paraguas. Los padres tienen un papel que llevar a cabo, pero cuando se separan, en las vidas de sus hijos se pierde la mitad de su provisión a tiempo completo. Al romperse el paraguas, yo recibí una buena mojada. Ya no estaba cubierta como antes. Naturalmente, mi padre trabajaba horas extras, ya que en ese entonces mantenía dos casas. Con mi madre viviendo en otro estado, ella era sólo una llamada telefónica ocasional. Así que, en cierto sentido, ahora carecía de ambos padres.
Como resultado de la búsqueda de algo de afecto, de cualquier clase, me volví sexualmente promiscua. La escuela me importaba poco, comencé a beber, y sólo quería hacer mi propia vida. Me casé a los dieciocho años, tuve un hijo a los ventiuno, y me divorcié a los venticuatro. Ciertamente, esta no era la vida que yo había querido, ni planeado. Con el paso del tiempo cometí más errores, pero finalmente regresé a la única seguridad que nunca me había decepcionado, ni me decepcionaría, el perdón y el amor de Jesucristo.
El divorcio de mis padres dejó algunas cicatrices que no pueden ser borradas. Mi madre y mi padre después se dieron cuenta del efecto que tuvieron sus decisiones en sus hijos y ambos han expresado arrepentimiento. El divorcio es ahora común y palabras como "compromiso de por vida" casi son obsoletas.
Hijos del Divorcio - Uniéndose Bajo el Paraguas
No me malinterpreten; yo no culpo a mis padres por todas mis malas decisiones. Sin embargo, me pregunto lo diferente que sería ahora mi vida si hubiéramos permanecido unidos como familia. Me pregunto qué habría pasado si mis padres me hubieran mantenido bajo el paraguas.
Lo que quisiera compartir con cualquiera que lea esto es: Cuando usted tenga problemas en su matrimonio, piense en el compromiso que ha hecho. Piense en los efectos de por vida en usted y en sus hijos. Casi todos sus problemas maritales pueden ser resueltos si usted está lo suficientemente comprometido para tratar de resolverlos. Vuélvase a Dios y déjele sanar su relación, porque Él puede y quiere. Puede que requiera de trabajo, pero si usted siente algún afecto por su esposa y por sus hijos, valdrá la pena.
"Así que no son ya más dos, sino una sola carne; por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre" (Mateo 19:6).
Derechos de Autor © 2002-2021 AllAboutLiving.org, Todos los Derechos Reservados