Familia Disfuncional - Falta de Estabilidad
De niño, crecí en una familia disfuncional con gran cantidad de adulterio, varios padres, violencia, drogas, alcohol, y otras influencias negativas.
Nunca se me ocurrió que nuestras vidas no eran normales. Mi madre y yo jugábamos y reíamos al igual que cualquier otra familia. Entre esos momentos, tuve que mirar a mi madre ser arrojada contra las paredes por hombres violentos. Una y otra vez fui arrastrado fuera de la cama en medio de la noche. Se me ordenaba agarrar mi ropa y juguetes e irme al carro. Nos amontonábamos en el auto deportivo del último padre y desaparecíamos en la noche. Parecía que cada vez que comenzábamos a estabilizarnos en algún lugar, algo o alguien nos atacaba para destruir nuestra estabilidad.
Vista desde afuera, estoy seguro que nuestra vida parecía horrible. Sin embargo, para mí, estaba llena de diversión y aventura. Sin importar lo malas que se pusieran las cosas, mi madre siempre me sonreía y confortaba, diciéndome que todo iba a estar bien. A medida que el tiempo pasaba, mi madre seguía tratando de encontrar un padre estable que cuidara de nosotros. Padre tras padre, casa tras casa, y muchas noches en las calles fueron el resultado de su búsqueda.
Familia Disfuncional - Viaje hacia Dios
De alguna manera, durante todo esto, yo estaba consciente de Dios. Nunca lo cuestioné. Nunca me pregunté si tenía que hacer algo para conocerlo, o si Él estaba realmente cuidándome, o si estaba presente en mi vida. Sólo sabía que era así. Supongo que antes de que tuviera memoria, mi madre debió haberme leído la Biblia o haberme contado historias de ella.
Cuando mi madre conoció a mi "último padre," él realmente cuidó de nosotros. Fue durante esta relación que mi madre descubrió que podía ser salva a pesar de su oscuro pasado. Este conocimiento le llegó de una manera poco deseable. Ella estaba engañando a este último padre con un cristiano reincidente. Ellos fueron a un evento de Billy Graham y después el hombre le dijo que no podía continuar la relación con ella. Él le dio dinero para el pasaje aéreo de vuelta a casa y una tarjeta con un ejemplo de la "oración de salvación."
En el vuelo de regreso a casa, mi madre comenzó a llorar, se arrodilló allí mismo en el pasillo del avión, y oró con lágrimas rodando por sus mejillas. Llegó a casa y entró a toda velocidad por la puerta, diciendo: "¡Adivinen qué!" ¡Ahora soy cristiana! ¡Soy salva, y de ahora en adelante todos vamos a conocer a Dios y a ir a la iglesia!" Se pueden imaginar que esto no le cayó muy bien a mi padre, porque él sabía que ella había estado con otro hombre durante toda la semana. Pero esa discusión terminó eventualmente y me imagino que él también vio esa salvación como un cambio positivo en nuestras vidas. Nos unimos a la búsqueda de ella, en un nuevo camino que ninguno de nosotros había visto antes. Todavía no estábamos conscientes de que la "oración de un penitente" u "oración de la salvación" no tenía ningún poder en sí misma. ¡Es la fe en Jesucristo lo que salva!
Asistí a muchos campamentos cristianos y formé parte de muchos estudios bíblicos. Inmediatamente estaba ardiendo por Cristo. Finalmente caí en cuenta. Supe quién era y por qué nunca encajé realmente con otros muchachos en el pasado. Comprendí por qué mi corazón sentía tan diferente acerca de tantas cosas de este mundo. Finalmente sentí que formaba parte de algo. Pero, al igual que en las muchas otras etapas cambiantes de mi vida hasta ese momento, no pasaría mucho tiempo antes de que Satanás atacara.
Familia disfuncional - Ataque de Satanás
Los ataques de Satanás vinieron rápidamente y sin misericordia. Trató con todas sus fuerzas de mantener las anteojeras en nuestros ojos. Mis mayores batallas comenzaron cuando entré a la secundaria. Mis padres me enviaron a una academia privada lo que resultó ser un gran desafío. Satanás creó en mí un sentimiento de insuficiencia.
Me volví popular con otros cristianos utilizando mi gran cantidad de versículos memorizados y el contar historias acerca de Su gracia, lo que hacía que las muchachas casi se derritieran en mis manos. Utilizaba mi experiencia mundana para cortejar a las muchachas seculares. Me volví popular en ambos mundos. Fui el causante de mucho pecado.
Era un títere -- un instrumento de Satanás. Casi había olvidado completamente el camino hacia la vida eterna (el cual, en ese momento de mi vida, de todas maneras no había llegado a entender). Me convencí a mí mismo de que eventualmente me arrepentiría y regresaría a Dios, pero ese mismo convencimiento pareció convertirse en la herramienta para seguir pecando. Busqué más y más relaciones seculares. Cometí mucho adulterio y causé mucho adulterio entre mujeres que se habían comprometido con Dios. Fui un veneno para todos los que conocí, empujándolos más y más hacia este mundo de fantasía que había creado para mí.
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